Contempla el Plan Estratégico de Pemex uso de fracking, advierte ONG

- El Plan Estratégico 2025-2035 de Pemex, presentado en el gabinete de la nueva administración, proyecta el incremento de la producción de gas a través de técnicas de extracción que, según la organización No Fracking México, implican el uso de fracturación hidráulica.
- La organización ambientalista señala que el plan utiliza eufemismos como “yacimientos de geología compleja” para evadir el término “fracking”.
La organización No Fracking México reveló que el nuevo Plan Estratégico de Petróleos Mexicanos (Pemex) para el periodo 2025-2035, presentado ante la presidenta y su gabinete, propone metas de extracción de gas fósil que implican la técnica de fracturación hidráulica, comúnmente conocida como fracking.
La organización señala que esta iniciativa contraviene la postura pública de la nueva administración y su compromiso por la protección del agua y el ambiente. Según el análisis de la organización, el documento omite el término “fracking” y lo sustituye por conceptos como “estimular yacimientos de geología compleja” y “plays no convencionales”, en lo que interpreta como un intento de confundir a la ciudadanía.
El Plan Estratégico 2025-2035, presentado bajo el argumento de “sustentabilidad energética” y “autosuficiencia energética”, prioriza la extracción de combustibles fósiles, alejándose de una transición energética justa, conforme a la lectura de la organización No Fracking México.
El documento refuerza la dependencia de los combustibles fósiles al centrarse en ampliar la refinación y el uso de gas, sin considerar los impactos de estas actividades en la crisis climática y las comunidades afectadas. La organización subraya que esta estrategia ignora las advertencias de entidades internacionales como la Agencia Internacional de Energía y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que han enfatizado la necesidad urgente de abandonar gradualmente los combustibles fósiles.
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Adicionalmente, la organización señala que el plan de Pemex no considera las obligaciones jurídicas del Estado mexicano. No Fracking México acusa que el documento elude toda mención a las advertencias de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) sobre la necesidad de adoptar medidas contra el cambio climático y proteger los derechos humanos en el marco de la emergencia climática.
El documento tampoco menciona los derechos de las comunidades a participar y a estar informadas sobre las decisiones que afectan sus territorios, lo que, según la organización, violenta el espíritu y las obligaciones establecidas en el Acuerdo de Escazú, ratificado por México.
La técnica de fracturación hidráulica, a la que el plan de Pemex alude de manera indirecta, ha sido objeto de una crítica constante por sus riesgos para la salud humana y el ambiente, de acuerdo con la organización. La exposición a contaminantes liberados por esta técnica, como metales pesados, hidrocarburos, sustancias radioactivas y disruptores endócrinos, ha sido vinculada con diversas afectaciones a la salud, incluyendo malformaciones congénitas, abortos espontáneos y diferentes tipos de cáncer.
Estos efectos son especialmente sensibles en poblaciones vulnerables como niñas, niños, personas gestantes y adultos mayores. No Fracking México destaca que estos riesgos se intensifican por la falta de una regulación robusta, monitoreo independiente y transparencia en las operaciones.
En el ámbito ambiental, la organización puntualiza que el fracking degrada los ecosistemas locales, contamina acuíferos y cuerpos de agua superficiales, deteriora la calidad del suelo y contribuye a la crisis climática a través de la liberación de metano y otros gases de efecto invernadero.
La organización enfatiza que el incremento de la producción de gas a través de “yacimientos de geología compleja” y no convencionales, como se establece en el plan de Pemex, implica el uso de grandes volúmenes de agua. Esto representa, a juicio de la organización, una traición a las comunidades, al sacrificar un bien común esencial como el agua para continuar con una estrategia de extractivismo fósil.
No Fracking México ha documentado el caso de Estados Unidos para ilustrar el grave impacto del fracking en el consumo de agua dulce. Entre 2010 y 2017, el consumo promedio de agua por pozo de fracking en la cuenca de Eagle Ford, en Texas, se duplicó, pasando de 18 a 38 millones de litros por pozo.
En la cuenca Pérmica, otra de las regiones de Estados Unidos con mayor producción de hidrocarburos mediante esta técnica, el consumo medio de agua se incrementó en un 770% entre 2011 y 2016. La organización resalta que, a pesar de los avances tecnológicos, el consumo de agua por pozo continúa en aumento, alcanzando en la actualidad volúmenes de hasta 151 millones de litros por pozo, conocidos como “monsters fracks”.
La organización agrega que el plan de Pemex plantea el uso de agua de residuo o marina, pero asevera que no existe evidencia técnica suficiente que demuestre la viabilidad de esta alternativa.
Para la organización, el uso del fracking en México va en contra de la obligación constitucional del Estado de proteger los derechos humanos y prevenir sus violaciones, además de ser un “plan destinado al fracaso”.
La organización argumenta que el potencial geológico de gas y petróleo en el país está en declive desde hace más de 20 años, lo que hace insuficientes las reservas para cumplir con los objetivos del gobierno de incrementar la producción y cubrir la demanda nacional.
No Fracking México sostiene que el gas fósil no es un combustible de transición y exige a la administración actual el cumplimiento de sus compromisos en materia ambiental. En su comunicado, la organización califica el plan de Pemex como una hoja de ruta que profundiza en la ruta del extractivismo fósil.
La organización concluye que el plan de Pemex corresponde a objetivos que no priorizan a las comunidades, y que profundizan en una lógica de extracción de combustibles fósiles, en lugar de impulsar una transición energética justa.
No Fracking México reitera que el fracaso de este plan es inminente y que el costo lo cargarán las presentes y futuras generaciones. Por último, la organización hace un llamado a la nueva administración a hablar con la verdad y a prohibir de manera definitiva el fracking, sin importar los eufemismos utilizados para referirse a la técnica.
