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Bosques por Siempre alcanza un 72% de su meta anual

Bosques por Siempre alcanza un 72% de su meta anual
Bosques por Siempre alcanza un 72% de su meta anual
  • Se han intervenido 6,414 hectáreas en el corredor ecológico del Bosque de Agua, un área que equivale a más de siete veces la superficie del Bosque de Chapultepec.
  • El proyecto fortalece la recarga de los acuíferos de los que se extrae el 70% del agua que consume la Ciudad de México.

La Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) de la Ciudad de México plantó 7 millones 283 mil 289 ejemplares nativos como parte de la estrategia Bosques por Siempre en un periodo de dos meses, un avance que representa el 72% de la meta anual de 10 millones de ejemplares programada para 2025. 

La iniciativa, operada por la Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (DGCORENADR), busca la restauración integral del ecosistema conocido como el Bosque de Agua, una región de vital importancia para la seguridad hídrica y ambiental del centro del país. Este logro fue posible gracias a un esfuerzo coordinado que involucra a comunidades agrarias, gobiernos estatales, instituciones académicas y la iniciativa privada.

El programa no se limita a las fronteras de la capital; su enfoque abarca un corredor ecológico de gran escala. Del total de plantas establecidas, 4,013,033 se sembraron en el suelo de conservación de la Ciudad de México y otras 14,035 en sus Áreas Naturales Protegidas. 

De manera complementaria, 3,256,221 ejemplares fueron distribuidos y plantados en los bosques de los estados de México, Michoacán, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo y Morelos, consolidando una estrategia regional para la recuperación ambiental.

La superficie total restaurada asciende a 6,414 hectáreas. Para dimensionar esta cifra, el área intervenida equivale a más de siete veces la extensión total del Bosque de Chapultepec, uno de los pulmones urbanos más grandes del mundo. Esta acción masiva de revegetación tiene como propósito fundamental restablecer la funcionalidad del ecosistema, un objetivo que va más allá de la simple siembra de árboles.

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El enfoque de la SEDEMA, a través de la DGCORENADR, es la restauración ecológica, un concepto que implica devolver al entorno su capacidad para conservar el suelo, regular el ciclo del agua y fomentar las interacciones biológicas entre fauna, flora, hongos y microorganismos. 

Con esta visión, se busca fortalecer la conectividad entre ecosistemas, mejorar la capacidad de recarga de los mantos acuíferos, regular el clima a nivel local, capturar dióxido de carbono de la atmósfera y, fundamentalmente, preservar la biodiversidad mediante la protección de los hábitats de la fauna silvestre.

Detrás de este esfuerzo logístico y de campo, existe una base técnica sólida centrada en el Vivero Forestal de la DGCORENADR. Dicha instalación tiene una capacidad de producción anual de hasta 10.5 millones de ejemplares de especies nativas, lo que garantiza que las plantas introducidas en los ecosistemas sean las adecuadas para su entorno. 

El vivero opera con seis áreas especializadas, que incluyen laboratorios de microbiología, un banco de germoplasma y control de calidad de semillas, y una planta de tratamiento de agua por ósmosis inversa, asegurando las condiciones óptimas para el desarrollo de cada planta.

Uno de los pilares de la estrategia “Bosques por Siempre” es su enfoque en el manejo de cuencas hidrológicas. El proyecto trabaja sobre las cuencas de los ríos Balsas, Lerma–Santiago y Pánuco, sistemas que en conjunto aportan aproximadamente el 30% del agua que llega a la Ciudad de México a través de fuentes externas.

Sin embargo, el impacto más significativo se produce a nivel local. El suelo de conservación de la capital y sus conexiones con el Bosque de Agua actúan como una esponja natural que permite la infiltración de la lluvia hacia los acuíferos subterráneos. De estos depósitos subterráneos se extrae hasta el 70% del agua que consumen los habitantes de la Ciudad de México, lo que subraya la importancia crítica de mantener y restaurar estas áreas para garantizar la viabilidad a largo plazo de la metrópoli.

El trabajo conjunto con los núcleos agrarios es fundamental, ya que son los propietarios y guardianes de gran parte de este territorio. La colaboración con los estados circundantes también es clave, pues reconoce que los ecosistemas y las cuencas no respetan fronteras administrativas. 

La participación de universidades aporta el conocimiento científico, mientras que el sector privado contribuye con recursos, creando un modelo de gobernanza compartida para enfrentar uno de los mayores desafíos ambientales de la región. La estrategia “Bosques por Siempre” se perfila así como una acción tangible para la construcción de un futuro más resiliente y sostenible.

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