Biodiversidad e historia, los símbolos del Escudo Nacional

- Identidad biológica: El Escudo Nacional se compone de especies clave de la fauna y flora mexicana, como el águila real (Aquila chrysaetos), la serpiente de cascabel (Crotalus sp.) y el nopal (Opuntia ficus-indica).
- Riqueza endémica: México es el país con la mayor diversidad de especies de encino (Quercus) en el mundo, con alrededor de 160 variedades, de las cuales 107 son endémicas.
El Escudo Nacional de México, más allá de su profundo significado histórico arraigado en la leyenda de la fundación de México-Tenochtitlan, constituye una representación viva de la biodiversidad del país. Instituciones como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) son responsables de la conservación de las especies que lo componen, cuya descripción y uso están rigurosamente definidos en la legislación nacional para forjar una identidad que entrelaza la cultura, la historia y el patrimonio natural en un solo emblema.
La composición del escudo se encuentra detallada en el artículo 2° de la Ley Sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales. Este marco legal estipula que el elemento central es “un águila mexicana, con el perfil izquierdo expuesto, la parte superior de las alas en un nivel más alto que el penacho y ligeramente desplegadas en actitud de combate”.
Flora y Fauna el Escudo Nacional
La normativa precisa la escena completa: el águila, posada con su garra izquierda sobre un nopal florecido que emerge de una peña en un lago, sujeta con la garra derecha y el pico a una serpiente en “actitud de devorar”. El diseño se complementa con ramas de encino y laurel que forman un semicírculo inferior, unidas por un listón tricolor, simbolizando la victoria y el martirio de quienes han dado su vida por la patria.
El Águila Real: Símbolo de Fuerza y Especie Amenazada
El ave que protagoniza el escudo es el águila real (Aquila chrysaetos), una de las especies más grandes de su género. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) informa que las hembras alcanzan una longitud de hasta un metro y una envergadura de 2.27 metros, mientras que los machos son ligeramente más pequeños. Su plumaje es predominantemente café, con plumas lanceoladas de tono castaño amarillento en la cabeza y nuca.
Esta especie rapaz habita en una amplia franja del territorio nacional, que abarca desde Baja California hasta Oaxaca, pasando por los estados del norte y el Altiplano Central como Chihuahua, Zacatecas y San Luis Potosí. A pesar de su importancia cultural, el águila real enfrenta serios desafíos para su supervivencia. La NOM-059-SEMARNAT-2010 la clasifica en la categoría de Amenazada (A), lo que subraya la urgencia de los programas de conservación para protegerla.
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La Serpiente de Cascabel: Elemento Ecológico y Mitológico
La serpiente representada en el escudo corresponde a una serpiente de cascabel del género Crotalus. Según el Programa de Acción para la Conservación de las Especies (PACE) de la SEMARNAT y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), estos reptiles se caracterizan por el crótalo en la punta de su cola, un mecanismo de defensa distintivo. Su tamaño puede variar desde los 50 hasta los 250 centímetros de longitud.
Presentes en todo el territorio nacional, las serpientes de cascabel cumplen un rol ecológico fundamental como controladoras de poblaciones de roedores, lo que beneficia directamente a la agricultura. En el imaginario de las culturas mesoamericanas, la serpiente se asociaba con la fertilidad y la noche. Se ha interpretado que la imagen del águila devorando a la serpiente podría ser una alegoría de la lucha entre el día y la noche.
El Nopal: Pilar de la Biodiversidad y la Alimentación
El nopal, sobre el cual se posa el águila, pertenece al género Opuntia, el de mayor distribución dentro de la familia de las cactáceas. La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) estima que en México existen entre 60 y 90 de las 220 especies reconocidas mundialmente. Su presencia es notable desde el norte hasta el centro del país, con una concentración especial en el Altiplano Central.
Las nopaleras silvestres cubren aproximadamente un millón y medio de hectáreas, principalmente en el Altiplano y el Bajío. Estos ecosistemas son una fuente vital de recursos, ya que de ellos se recolectan nopalitos, tunas y xoconostles, tanto para el autoconsumo de las comunidades locales como para su comercialización a nivel nacional.
Encino y Laurel: La Corona de la Victoria
Las dos ramas que enmarcan la parte inferior del escudo, una de encino (Quercus) y otra de laurel, también reflejan la riqueza natural de México. Los encinos son árboles característicos de los bosques templados de montaña, y México es el país con la mayor diversidad de estas especies en el mundo.
De las 500 especies de encino estimadas globalmente, alrededor de 160 se encuentran en territorio nacional, y 107 de ellas son endémicas.
Por su parte, el laurel es conocido tanto por sus usos culinarios como por sus propiedades medicinales. La combinación de ambas ramas en una media corona alude a la victoria y el reconocimiento, una tradición que se remonta a las antiguas civilizaciones donde se entregaban coronas de laurel a quienes alcanzaban logros destacados.
En conjunto, cada elemento del Escudo Nacional no solo cuenta una historia de orígenes y batallas, sino que también subraya la profunda conexión de la nación con su entorno natural, reflejando una biodiversidad que es, en sí misma, un pilar de la identidad mexicana.

