Aseguran Profepa y GN 32 reptiles en aeropuerto de Tijuana

- Acciones coordinadas entre la Profepa y la Guardia Nacional permitieron frenar el envío ilícito de fauna silvestre.
- Un binomio canino fue clave para localizar los paquetes con los ejemplares en el área de paquetería.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), en colaboración con la Guardia Nacional (GN), aseguró un total de 32 reptiles que pretendían ser enviados de forma ilícita a través del servicio de paquetería del Aeropuerto Internacional de Tijuana, en Baja California.
El decomiso, realizado en dos acciones distintas fue posible gracias a la intervención de un binomio canino que detectó los paquetes sospechosos, los cuales carecían de la documentación necesaria para acreditar la legal procedencia de los animales, frenando así un intento de tráfico ilegal de vida silvestre.
El primer evento tuvo lugar en el área de paquetería de la terminal aérea. Un agente canino de la Guardia Nacional marcó como sospechoso un paquete proveniente del interior del país. Al ser inspeccionado por las autoridades, se encontró en su interior un ejemplar de cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletti).
Esta especie se encuentra catalogada como “Sujeta a protección especial” (Pr) dentro de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010. El reptil no contaba con la documentación que amparara su legal procedencia, requisito indispensable para su manejo y transportación. Por este motivo, el cocodrilo fue asegurado y puesto a disposición de la Fiscalía General de la República (FGR) para iniciar las investigaciones correspondientes. Para garantizar su bienestar, el ejemplar fue trasladado al Zoológico Internacional, donde recibe atención y cuidados especializados.
Días más tarde, se registró una segunda acción en la misma área del aeropuerto. Nuevamente, un binomio canino alertó a los oficiales sobre dos paquetes que, según su etiquetado, contenían peces de ornato. Sin embargo, la inspección reveló un método de ocultamiento diseñado para burlar a las autoridades.
Dentro de las cajas, en un compartimento oculto debajo de los peces, los agentes localizaron un total de 31 reptiles. Los animales se encontraban confinados individualmente dentro de calcetines de color negro, una práctica común en el tráfico de fauna para inmovilizarlos y evitar su detección. La documentación adjunta a los paquetes amparaba únicamente el transporte de los peces, omitiendo por completo la presencia de los reptiles.
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El análisis de los ejemplares reveló una diversidad de especies con distintos grados de protección bajo la legislación ambiental mexicana. Entre los reptiles asegurados se identificaron cinco tortugas pecho quebrado de Tabasco (Kinosternon acutum), doce tortugas de Carolina (Terrapene carolina) y tres turipaches de montaña (Corytophanes hernandezi). Las tres especies están listadas en la categoría de “Sujetas a protección especial”.
Además, el cargamento incluía tres iguanas negras (Ctenosaura pectinata) y cuatro ejemplares de heloderma (Heloderma horridum), también conocido como lagarto enchaquirado o escorpión grande, una especie de lagarto venenoso que figura en la NOM-059-SEMARNAT-2010 en la categoría de “Amenazada” (A).
El hallazgo más crítico fue el de cuatro iguanas espinosas de Yucatán (Cachryx defensor), una especie endémica de la península de Yucatán que se encuentra catalogada en la categoría de “Peligro de extinción” (P), el nivel de riesgo más alto para la vida silvestre en México. La extracción y comercio de esta especie representa una grave amenaza para la supervivencia de sus poblaciones en estado natural.
Al no poder acreditarse la legal procedencia de ninguno de los 31 reptiles, todos los ejemplares fueron formalmente asegurados y, al igual que en el caso del cocodrilo, se pusieron a disposición de la Fiscalía General de la República. Esta acción impidió que los animales fueran comercializados y, muy probablemente, traficados hacia el extranjero, donde este tipo de especies alcanzan un alto valor en el mercado negro de mascotas exóticas.

