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Exigen justicia climática en Brasil, en el marco de la COP30

Exigen justicia climática en Brasil, en el marco de la COP30
Exigen justicia climática en Brasil, en el marco de la COP30
  • Más de 5,000 personas de 60 países se congregaron en Belém, Brasil, durante la COP30 para exigir medidas climáticas reales y el reconocimiento del conocimiento indígena.
  • La manifestación acuática, con más de 200 embarcaciones, se opuso a los mercados de carbono, calificándolos como “soluciones climáticas falsas”.

Navegaron más de 5,000 personas a bordo de 200 embarcaciones por las aguas de Belém, Brasil, durante la Conferencia de las Partes (COP30), con el objetivo de manifestarse contra lo que identificaron como soluciones climáticas ineficaces y exigir justicia social. 

El evento se llevó a cabo para demostrar que la respuesta efectiva a un futuro sostenible radica en los conocimientos de los pueblos indígenas y las comunidades costeras y locales, en lugar de las propuestas de grandes empresas contaminantes. La flotilla congregó a participantes de 60 países, simbolizando la unidad global de la sociedad civil y las organizaciones indígenas.

El Movimiento de Personas Afectadas por la Construcción de Presas, líderes indígenas y representantes de comunidades afectadas por el clima en Filipinas e Indonesia estuvieron presentes en el buque Rainbow Warrior de Greenpeace. Carolina Pasquali, directora ejecutiva de Greenpeace Brasil, subrayó que las personas participantes en la flotilla demostraron la fuerza de un movimiento global unificado, compuesto por comunidades afectadas por eventos meteorológicos extremos, pueblos indígenas que luchan por sus derechos territoriales y una sociedad civil que demanda acciones concretas a los negociadores de la COP.

Pasquali enfatizó la necesidad de que esta reunión sea una COP de la acción en favor del clima, los bosques y las personas. Este llamado a la acción se produce en un contexto donde las comunidades que sufren las consecuencias más severas del cambio climático son, a su vez, las que menos han contribuido a la crisis.

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Conocimiento Ancestral como Solución Climática

Luene Karipuna, líder indígena del estado de Amapá, Brasil, enfatizó en su participación en la flotilla que los pueblos indígenas, con su conocimiento ancestral y la protección de sus tierras, representan una solución a la crisis climática. Karipuna señaló que el territorio indígena en la Amazonía se enfrenta a la afectación de la exploración petrolera y a la falta de respeto a los derechos indígenas. Por ello, solicitó que la COP30 aborde la transición energética para eliminar los combustibles fósiles, destacando la necesidad de que la Conferencia se centre en la toma de decisiones.

El líder indígena argumentó que las tierras indígenas deben ser reconocidas y protegidas como una política climática esencial. Además, aseguró que el mundo debe entender que las soluciones a la crisis climática se encuentran en los territorios indígenas, dado que sus comunidades han habitado la Tierra por miles de años sin generar destrucción.

Viridiana Lázaro, campañista de Clima y Energía de Greenpeace México, complementó esta visión al calificar como “inadmisible” la ignorancia de las voces comunitarias en el debate de la crisis climática. Lázaro señaló que las comunidades son las que padecen las consecuencias directas y más devastadoras del fenómeno y las que menos han contribuido a su origen. La campañista remarcó la importancia de considerar el cambio climático como un tema de justicia social para construir soluciones viables y sostenibles.

Demandas de Greenpeace a la COP30

Greenpeace, a través de su participación en la flotilla, presentó una serie de demandas específicas dirigidas a la COP30:

  1. Plan de Respuesta Global: Solicitaron un Plan de Respuesta Global para reducir la brecha de ambición de $1.5^\circ$C y acelerar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en la década actual.
  2. Plan de Acción Forestal: Demandaron un nuevo Plan de Acción Forestal de cinco años con el objetivo de poner fin a la deforestación para el año 2030.
  3. Cumplimiento de Compromisos Nacionales: Pidieron el establecimiento de un punto permanente en la agenda de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para asegurar el cumplimiento de los compromisos nacionales de reducción de emisiones. Esto incluye un aumento en la financiación por parte de los países desarrollados a los países en desarrollo para acciones climáticas.
  4. Principio “Quien Contamina Paga”: Promover la implementación de impuestos basados en el principio de “quien contamina paga”, con la finalidad de asegurar una mayor financiación pública para los países en desarrollo.

Estos puntos destacan la orientación de Greenpeace hacia una acción inmediata y el uso de mecanismos financieros y políticos para enfrentar la crisis climática de manera más justa y ambiciosa. La presencia de la organización junto a la sociedad civil y las comunidades indígenas en la flotilla subraya la necesidad de un enfoque más inclusivo en las negociaciones climáticas globales. 

La Conferencia del Clima, al ser el foro principal para las negociaciones internacionales sobre el clima, es el escenario donde se busca que estas demandas se traduzcan en políticas y acuerdos concretos.

La convocatoria de la Flotilla de la Cumbre de los Pueblos, con su magnitud y diversidad de participantes, actúa como un contrapeso a las negociaciones formales de la COP, buscando influir en la agenda a través de la presión social y la visibilización de las comunidades en la primera línea del impacto climático.

La protesta masiva, al enfocarse en la justicia climática, introduce el componente de equidad en la discusión global, insistiendo en que las soluciones no deben beneficiar a los actores responsables de la crisis, sino proteger y empoderar a las poblaciones más vulnerables. La movilización en las aguas de Belém envía un mensaje a los negociadores de que las soluciones deben ser sostenibles, justas y basadas en el respeto de los derechos y conocimientos ancestrales.

El llamado a eliminar los combustibles fósiles y proteger las tierras indígenas se alinea con una visión de transición energética que prioriza la descarbonización y la conservación de ecosistemas vitales, como la Amazonía, fundamentales para la estabilidad climática global. 

La presencia de líderes como Trixy Sumabal Elle de Filipinas y Fransiska Rosari Clarita You de Papúa, Indonesia, aporta un testimonio directo de las afectaciones climáticas y sus implicaciones en las comunidades costeras y vulnerables.

La exigencia de un aumento en la financiación de los países desarrollados a los países en desarrollo se relaciona con el concepto de Responsabilidad Común pero Diferenciada (CBDR, por sus siglas en inglés) de la CMNUCC, reconociendo que los países más industrializados tienen una mayor responsabilidad histórica en el cambio climático y, por lo tanto, deben liderar los esfuerzos de mitigación y adaptación, incluyendo el apoyo financiero.

La Flotilla por la Justicia Climática, por su naturaleza y composición, evidencia la convergencia de movimientos sociales y ecologistas que buscan desplazar el enfoque de mercado en las soluciones climáticas hacia un enfoque basado en derechos humanos, equidad y conservación de la biodiversidad. La manifestación en Belém subraya que la agenda climática es inseparable de la justicia social y el respeto territorial.

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