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La ONU vincula la crisis climática con los derechos humanos 

La ONU vincula la crisis climática con los derechos humanos 

El cambio climático ha dejado de ser solo un problema ambiental para convertirse en una amenaza directa a los derechos humanos, advirtió Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, durante su participación en el panel anual del Consejo de Derechos Humanos sobre el impacto del calentamiento global.

Türk declaró que “la crisis climática es una crisis de derechos humanos” y llamó a los Estados a adoptar medidas urgentes y equitativas que garanticen una transición justa hacia modelos sostenibles. El funcionario destacó que fenómenos como olas de calor, inundaciones, sequías e incendios forestales están afectando directamente derechos fundamentales como el acceso a la vida, la salud y un medio ambiente limpio y sostenible.

“El calor extremo que estamos viviendo aquí, en Ginebra, es un recordatorio inmediato de la necesidad de medidas de adaptación. Sin ellas, los derechos humanos estarán gravemente amenazados”, subrayó.

Modelos insostenibles y el rol de las energías renovables

Durante su intervención, Türk criticó los actuales patrones de producción y consumo, calificándolos como insostenibles. Señaló que, aunque se ha incrementado la capacidad de producción de energías renovables —multiplicándose por cinco entre 2011 y 2023—, aún no existe una hoja de ruta clara que permita una transformación justa de las sociedades.

Según el Alto Comisionado, esa transformación implica el fin progresivo del uso de combustibles fósiles y la reestructuración profunda de sectores como la energía, la agricultura, las finanzas y la construcción. Subrayó que esta transición debe orientarse bajo un enfoque centrado en los derechos humanos para evitar que se reproduzcan o amplifiquen las desigualdades existentes.

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Impacto laboral y desigualdad social

Türk también abordó las implicaciones sociales y laborales del proceso de descarbonización. Indicó que, si bien la transición verde podría generar millones de empleos, se estima que aproximadamente seis millones de puestos de trabajo en el sector de los combustibles fósiles están en riesgo.

“Muchos de esos trabajadores carecen de cualquier tipo de protección”, advirtió. En ese contexto, recordó que más de 3,800 millones de personas en el mundo aún no tienen acceso a una red básica de seguridad social, lo que agrava la vulnerabilidad frente a los cambios estructurales.

Rendición de cuentas y justicia climática

En su mensaje, Türk enfatizó la importancia de integrar la igualdad de género, el respeto a los derechos de los pueblos indígenas y la rendición de cuentas empresarial en las políticas climáticas. Señaló que algunas corporaciones del sector fósil continúan obstaculizando la transición mediante campañas de desinformación y estrategias de lavado verde.

“Los contaminadores deben pagar”, afirmó de forma categórica, aludiendo a la necesidad de justicia ambiental y de que las responsabilidades por los daños climáticos recaigan sobre quienes los provocan.

El Alto Comisionado finalizó su intervención con un llamado a los gobiernos para que construyan economías sustentadas en los derechos humanos, con prioridad en la sostenibilidad, la equidad y el bienestar de las generaciones actuales y futuras.

“Una transición justa no es opcional; es esencial para el futuro de la humanidad”, concluyó.

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