Positivo el reconocimiento oficial de los daños causados por el Tren Maya

- La organización señala que el plan de restauración anunciado por Semarnat es un paso relevante, pero insuficiente sin diálogo con comunidades y expertos
Tras la presentación de la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alicia Bárcena, sobre el impacto ambiental del Tren Maya y el nuevo plan de restauración ecológica, Greenpeace México calificó como positivo el reconocimiento oficial de los daños causados por el proyecto. Sin embargo, la organización ambientalista subrayó la necesidad de incorporar a comunidades locales, ciudadanía y especialistas en el diseño e implementación de cualquier medida de restauración.
Greenpeace considera que este anuncio representa una oportunidad para reorientar las acciones ambientales en la Península de Yucatán, pero advierte que sin participación ciudadana activa no se garantizarán soluciones efectivas ni sostenibles.
La Semarnat propuso declarar como reserva de la biósfera el sistema de cavernas y cenotes de Quintana Roo. Greenpeace respalda esta iniciativa y la señala como una oportunidad clave para proteger el acuífero de la península, fuente principal de agua y con un valor ambiental, arqueológico y paleontológico significativo.
No obstante, la organización advierte que la protección del acuífero debe ser integral y abordar otras fuentes de contaminación. Menciona el uso intensivo de agrotóxicos en monocultivos de Campeche, la actividad de mega granjas porcícolas en Yucatán y los residuos industriales, todos ellos responsables de la contaminación que pone en riesgo la vida de comunidades y ecosistemas.
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Fauna silvestre: avances y pendientes
Entre los avances mencionados por Semarnat está la eliminación de mallas en las vías del tren y mejoras en los pasos de fauna. Greenpeace reconoce estas acciones, pero sostiene que persisten dudas sobre su efectividad para garantizar la reproducción y supervivencia de especies como el jaguar. La organización reitera la urgencia de establecer corredores biológicos adecuados ante un proyecto que, con sus más de 1500 kilómetros de vía, sigue fragmentando hábitats clave.
Además, advierte que el carácter de tren de carga del proyecto, con conexión a Puerto Progreso y un uso intensivo anunciado por el Gobierno de México, puede incrementar los riesgos para la biodiversidad.
Greenpeace cuestiona si las medidas anunciadas por Semarnat frente a las mega granjas y el desarrollo inmobiliario abarcan más allá del manejo de desechos. Considera que la expansión de estas industrias ha transformado irreversiblemente el territorio, afectando la calidad del agua, la biodiversidad y los derechos de las comunidades.
El plan de restauración integral contempla acciones de reforestación, pero Greenpeace plantea varias interrogantes: ¿qué especies serán utilizadas?, ¿en qué zonas se llevará a cabo la reforestación?, ¿cómo se dará seguimiento a la plantación? La organización recuerda que para la construcción del Tren Maya se talaron aproximadamente 10 millones de árboles, por lo que cualquier esfuerzo debe ser proporcional a ese impacto.
Desde 2022, Greenpeace y otras organizaciones han advertido sobre los impactos ambientales en los tramos 5, 6 y 7 del Tren Maya. La construcción en terrenos kársticos, la perforación del suelo para instalar pilotes, la afectación a cuevas y ríos subterráneos, así como la deforestación y pérdida de biodiversidad, continúan siendo motivo de preocupación.
La organización también alertó sobre la expansión de bancos de materiales pétreos, conocidos como sascaberas, utilizados en la construcción del proyecto. Según Greenpeace, tan solo en la Gaceta Ecológica del 27 de marzo, Semarnat autorizó 20 nuevos bancos promovidos por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para este año y el próximo.
A esto se suma la construcción de cuatro hoteles, lo que estaría generando una devastación diaria de grandes extensiones de selva.
Participación ciudadana como eje de la restauración
Greenpeace México concluyó que los esfuerzos de restauración ambiental deben basarse en ciencia, diálogo abierto e inclusión social. “Se requieren acciones concretas y un diálogo transparente e incluyente con las comunidades locales que garantice que la restauración ambiental sea efectiva y se base en el conocimiento de quienes habitan y protegen estos territorios”, expresó la organización.
Reiteró su disposición para colaborar en la construcción de soluciones duraderas para la protección de la Península de Yucatán.
