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Enrique Ortiz: El mundo prehispánico para gente que tiene prisa

Enrique Ortiz
Enrique Ortiz, exitoso influencer y divulgador Fotos: https://elespejohumeante.mx/biografia/ y @Cuauhtemoc_1521

“El día en Tenochtitlan empezaba con el sonido de las caracolas y el golpeteo de los huehuemeh, altos tambores cilíndricos hechos de madera. Desde la cima de los templos de cada barrio, y desde el Templo Mayor, los sacerdotes tocaban estos instrumentos para recibir a Tonatiuh, el sol, y para marcar los diferentes momentos del día.

El mundo prehispánico para gente que tiene prisa (Editorial Planeta 2021)

Con la extraordinaria habilidad para narrar la historia, Enrique Ortiz, mejor conocido como Tlatoani-Cuauhtémoc, plasma en su más reciente publicación, El mundo prehispánico para gente que tiene prisa (Planeta 2021), años de investigación, dedicación y conocimiento sobre la cotidianidad de las culturas que nos antecedieron.

En charla exclusiva con nieveazul360.com, nos contó que desde pequeño, gracias a sus padres, se aficionó a la lectura de tal forma que lo llevó a adentrarse a la historia universal, para después sumergirse en la historia de México. 

“Veo que en mi país hay una gran cantidad de información que vale la pena ser leída, una cantidad de hechos históricos que vale la pena de ser analizados, reflexionados y ahí es cuando decido enfocarme en la historia nacional”.

“La historia de México no tiene nada que pedirle a la historia griega, romana o egipcia, nosotros tenemos culturas desde 1800 A. C., como son los Olmecas, con un alto grado de sofisticación.” añade el autor.

Los casi 200 mil seguidores que tiene son gracias al resultado de la información que comparte constantemente en Twitter. “En algún momento creo una cuenta que buscaba darle voz a Cuauhtémoc, el defensor de Tenochtitlan quien finalmente sería apresado el 13 de agosto de 1521. Buscaba darle vida a este personaje”. 

Gracias a este proyecto de redes sociales comienza a tener participación en diferentes medios masivos de comunicación y posteriormente publica dos libros. Las águilas de Tenochtitlan, (Grijalbo 2020) y en junio El mundo prehispánico para gente que tiene prisa (Planeta 2021).

La gran mayoría de los mexicanos desconocemos y en ocasiones menospreciamos las culturas prehispánicas, sin embargo, es muy común soltar expresiones como “nuestra riqueza cultural”, “orgullo por nuestros antepasados” sin conocer la cosmovisión, el idioma o la relación armónica con la naturaleza de estos pueblos.

Por lo anterior, la historia ha sido muy sintetizada, ha sido muy simplificada en las escuelas. La historia es sesgada. La forma didáctica de enseñar es muy añeja en un mal sentido”, comenta Enrique. 

“No te la enseñan de una manera apasionante, no te dicen qué hicieron estos personajes, qué hizo Cuauhtémoc. Simplemente te dan nombres, fechas, batallas, fechas de muertes, lo cual también aleja mucho la historia del mexicano”, agrega. 

El problema educativo ha provocado que crezca la brecha con los pueblos originarios: “si partimos por la ignorancia de los pueblos antiguos, hay toda una polémica en la forma de entender a los indígenas actuales, muchos incluso los ven como un lastre para el desarrollo nacional”. 

Enrique Ortiz habla de su libro

Enrique Ortiz nos comenta que el libro busca contar la cotidianidad de aquellos pueblos, y aunque los habitantes de cada cultura tenían sus propias costumbres había muchas coincidencias “Si te vas a un nivel básico, de las necesidades de un ser humano, no cambia mucho. Si te vas con un zapoteco, iniciaba su día casi igual que un mexica”.  

“Se preparaban pinole o una bebida similar a base de maíz, se iba a cosechar, se iba a cazar, se iban a los oficios, se iba a los talleres, se salía a las caravanas de comercio, los grandes sacerdotes empezaban con sus rituales. Es lo que López Austin comenta como el núcleo duro de Mesoamérica. Los cuatro pilares de la alimentación son: el maíz, el frijol, el amaranto y la chía. La concepción religiosa de las montañas, imitar estas montañas con basamentos piramidales”, agrega Ortiz, al describir un poco del día a día de una persona común en aquellos años precolombinos.

El libro tiene un espacio para la magia, hechicería, La Llorona y espectros nocturnos: “En aquellos tiempos la religión era el eje principal de la vida, de la cotidianidad y esta religión involucraba magia, fenómenos paranormales, que así los llamaríamos en la actualidad. Estos entes o espectros, que ellos los justificaban como desdoblamientos o manifestaciones de los propios dioses”.

Como parte de la cotidianidad que destaca el autor son los insultos: “en Tenochtitlan llamar  gordo huérfano era un terrible insulto. Porque primero es una sociedad marcial, en la cual era importante tener una buena condición física para ir a la guerra cazar comerciar y por otro lado la importancias de los núcleos familiares, como todavía hasta la actualidad en México”.

Después de leer el libro, estar en el Zócalo de la capital mexicana y dar un giro de 360 grados se podrá apreciar de manera diferente la historia de este país. En este espacio se unen pasado y presente, de manera armónica, ante los ojos de miles de capitalinos que lo atraviesan sin cuidado y con prisa. 

Este libro es para ellos y para todos los que andamos con prisa y crecimos con una historia sesgada de México. Una vez leído podremos decir con conocimiento de causa y presumir con orgullo sobre “nuestra riqueza cultural”.

Conoce más sobre la historia de México y sigue a Enrique Ortiz en Twitter @Cuauhtemoc_1521

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